A medida que se vaya cerrando la brecha digital y vaya creciendo la hiperconectividad de los múltiples dispositivos que cada día se van volviendo “inteligentes” (del inglés smart), se va tornando inminente la llegada del “internet de las cosas” (IoT por sus siglas en inglés), que no es mas que la interconexión de objetos cotidianos a internet, trayendo consigo la posibilidad de una revolución digital y planteando nuevos retos para quienes defendemos las tecnologías de información libres (TIL).
La llegada del IoT parece indicar que poco a poco se va a ir pasando de un modelo social y de negocio de posesión de los bienes digitales a un nuevo paradigma en el que simplemente se nos “garantiza” su uso mediante las licencias de usuario, sin que quienes adquirimos un televisor, una nevera o hasta un vehículo, por solo mencionar algunos, sepamos que es lo que está detrás de los equipos que estamos obteniendo ¿qué sistema operativo usa? ¿quién garantiza mi privacidad? ¿el software que usa el dispositivo es seguro? ¿podemos modificarlo? ¿realizarle mejoras? ¿qué se está haciendo con mi información personal? ¿soy vulnerable? ¿alguien que no conozco tiene acceso a mis datos?.
Mediante este esquema licenciado se pretende profundizar el modelo de coloniaje tecnológico que dificulta que un usuario pueda apropiarse de la tecnología que esta detrás de un dispositivo limitándolo a ser simple consumidor en vez facilitarle que se transforme en un creador y productor de nuevos conocimientos y por ende, de nuevas tecnologías. Transnacionales o grandes corporaciones, mayormente estadounidenses, se arrogarían el derecho de decidir quien utiliza qué, de cuál manera y muy particularmente hasta cuándo lo usa.
Si juntamos la “obsolescencia programada”, las harto conocidas vulnerabilidades de sistemas privativos como Windows, el programa de vigilancia electrónica masiva del Gobierno estadounidense llamado Prisma, con el IoT podremos concluir que quienes defendemos las TIL nos encontramos ante un enorme desafío que nos lleva desde ya a proclamar una IoT libre, en la que podamos usar los equipos, tener acceso al código fuente de los sistemas, realizarle modificaciones o mejoras y que se puedan compartir con otras personas sin mayores limitaciones; todo esto en aras de garantizar que sigamos siendo los dueños de la información contenida o generada por los múltiples dispositivos conectados.
@hensaca
Caracas
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